Es bien conocida la preocupación sobre el riesgo de muerte por causa cardiaca entre los que toman antipsicóticos. Este efecto es difícil de medir dado el de por sí incrementado riesgo de infarto entre las personas con enfermedades psiquiátricas graves respecto a la población general.
El European Heart Journal, en su número de julio pasado (ven enlace), publica un estudio de casos y controles en el que muestran que el riesgo de sufrir infarto agudo de miocardio sube de dos a tres veces en el mes siguiente al inicio del tratamiento con antipsicóticos y que ésto no es atribuible a factores relacionados con las personas que los toman.
Concluyen que el balance riesgo/beneficio es favorable cuando los antipsicóticos son usados para las indicaciones "aprobadas" y no lo es cuando su uso se extiende a patologías para las que su eficacia no esta demostrada, como ocurre con la demencia.