Y al más alto nivel. El 29 de Abril de 2013, el mismísimo National Institute for Mental Health (NIMH), en su sitio web realizó una declaración en la que se afirma que no financiarán investigación impulsada por los criterios diagnósticos DSM-V, proponiendo su propia alternativa, los Research Domain Criteria (RDoC), aunque esta alternativa desde nuestro punto de vista está muy lastrada por el reduccionismo biologicista del que la mayor parte de la psiquiatría norteamericana hace gala. Está por ver si este repudio oficial se traduce en más investigación independiente no lastrada por conflictos de interés inaceptables.
Otra reacción contra el DSM-V, es la de la British Psychological Association (BPA), en concreto, su División de Psicología Clínica, quienes en una declaración escrita hecha pública en Mayo de 2013, hablan ya abiertamente de un cambio de paradigma en el campo de la salud mental, pidiendo el rechazo del modelo de enfermedad y proponiendo su propia alternativa. La declaración no tiene desperdicio, y resulta un documento de interés que puede consultarse íntegro aquí.
A diferencia de ediciones anteriores, la V edición del DSM no está dejando indiferente a nadie. Lo más llamativo es que profesionales clínicos, investigadores, y colectivos de usuarios de los sistemas de salud mental están reaccionando contra esta clasificación que ya está resultando tan aberrante que, como ya TODO ser humano está mentalmente enfermo según sus criterios, no tiene sentido esta clasificación, puesto que la normalidad es, precisamente, que todo el mundo muestra trastornos mentales. Las paradojas de la reducción al absurdo…Da mucho que pensar.